jueves, 4 de noviembre de 2010

Parece locura, porque lo es.


Los únicos que aman la vida son aquellos que realmente no la temen. Aquellos que dan un paso sí y otro también sin importarles tropezar con su sonrisa deformada y ojos alegres, que toman té acompañados de un sátiro conejo sólo porque eso les hace totalmente felices, sin molestarles nada. Nada en absoluto, tan solo su vida y lo que hagan en ella.

jueves, 14 de octubre de 2010

Magique.


La magia es un puente que permite ir del mundo visible hacia el invisible. Y aprender las lecciones de ambos mundos.

Hoy, actuación de Juan Tamariz en Alicante.
Mon petit está ilusionadísimo, yo...reconozco que un poco también.
¡No todos los días se puede disfrutar de algo así! 

miércoles, 13 de octubre de 2010

Ei, que existo.

No he muerto, ni he desaparecido, ni he sido abducida por extraterrestres… no, sigo aquí, sana y salva (bueno, lo primero… no tanto como quisiera).
Sé que he estado un mes entero sin dar señales de vida por aquí, pero… esto… ¿pero qué? No tengo excusa.
 Pura pereza, vagancia… y bueno, vuelta a la rutina. Nada más.  

Se acabó lo que se daba desde hace un mes exactamente. El viaje a Barcelona, la playa, las terracitas, las noches de desmadre… todo estupendo, pero ya sobra. 

Empezaré a dar señales de vida más a menudo, lo prometo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Viatges.



Dentro de cinco días estaremos rumbo Barcelona, para mí, la ciudad con más arte y belleza de España. 

Tendremos sólo dos días para recorrer Barcelona, pero espero poder disfrutar de un largo camino por el gran legado artístico del genial arquitecto Antoni Gaudí.
Los otros dos restantes, se disfrutarán al máximo de magia y naturaleza y ambiente catalán.

viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Hola?



Tierra llamando a Lidia… ¿hola? ¿Hay alguien?
Me parece que no. Mmm… Lidia no está, y menos su cabeza. Podríamos decir que se encuentran… en trance, si, esa es la palabra.

Ahora mismo una mosca es capaz de pensar más que yo.
El miércoles el examen, y tengo que buscar tiempo para estudiar, pues no tengo el suficiente. Debería estar nerviosa pero… no sé por qué me encuentro en standby.

martes, 24 de agosto de 2010

Mi príncipe mago azul.




Desde pequeña, siempre he creído en esas historias tan extraordinarias acerca de una princesa, un castillo, dragones y un príncipe. Y cómo no, tan inocente soñaba que un día conocería a mi príncipe azul de dichos cuentos.
Todavía sigo creyendo en esas historias, pues se me ha hecho realidad aquello con lo que soñaba. Encontré y me enamoré de ese príncipe azul, claro que…  cambió un poco la cosa, como era de esperar. En vez de príncipe, me salió mago. Y en vez de tener un castillo grandísimo donde viviríamos felices y comeríamos perdices… tiene cartas y es un friki que lee El Señor de los Anillos y pertenece a un Semicírculo de magos.
Eso sí, no me quejo. Para mí es y será siempre mi príncipe, un poco distinto, pero mi príncipe azul.  Es más, con el paso del tiempo me he ido dando cuenta de que si no cambias un poco el cuento… al final es bastante aburrido.
Además, ¿a quién vamos a engañar? Somos tal para cual. 
Él es mi mejor carta de la baraja.

lunes, 23 de agosto de 2010

Mmm qué asco.



Es increíble como a veces el ser humano, la imagen mortal más perfecta creada en la tierra,  se rebaja a lo más mínimo. Y es que las personas en ocasiones tenemos pánico de lo más simple, vulgar y... natural. Natural como son, en este caso, los insectos.
Así es, miles de personas temen a esas criaturitas tan pequeñas que no llegan ni a la altura del tobillo, que no podrían ni pisarte si quisieran… y ¿por qué? Hablaré por mí. Dan asco, te pican (no todos), producen alergias, se enganchan en el pelo, la ropa, etc, en definitiva… ¡son bichos! Y a mí, personalmente, me da pánico alguno de ellos. Ahora bien, no me llaméis delicada, ni “quejica”, ya que muchos de vosotros también os asustáis cuando ronda cerca alguna avispa, saltamontes, arañas… sé que no soy la única. Lo que nunca he entendido ni entenderé es como estos animalitos, que como ya he dicho son diminutos y en verdad no podrían hacer mucho, dan fobia y la primera reacción cuando los vemos es echar a correr. Sé que algunos de ellos pueden picar o morder, y eso produce cierto miedo, pero… ¿y los demás? Dan asco, esa es la palabra. 
Las cucarachas por ejemplo. Creo que no conozco aún a ninguna persona que no les cause temor o repugnancia. Son horribles, y hay miles de ellas. Pero lo peor es cuando las aplastas… su sonido es como el de una patata frita, puaj, lo odio. Pienso que no existe otro animal que me dé más aprensión, y es tanta la rapidez de mis piernas cuando ve una, que lo primero que hago es gritar, y acto seguido coger algo para aplastarla (pobrecillas...)
Lo dicho, algo tan pequeño, tan inocente como puede ser una cucaracha, nos origina tanto pavor que perdemos hasta la compostura.